mayo 25, 2009

LA ESCUELA ANARQUISTA

Ya desde niño comenzaba la educación esmerada en la escuela anarquista del pueblo. Te recibías pegándole un cañonazo a la nariz de un muñeco gigante de Kirchner, mientras el mentado presidente prorrumpía en gozosos discursos.

- Lo que el pueblo necesita es que le llegue sangre al cerebro. (Gestito de llenar el coco de los pueblerinos con mierda). ¿Entienden? Nosotros les daremos la sangre, se la haremos llegar hasta acá (el sorongo).

Al darte el título, te permitían sacarte hasta una foto con uno de los seres más queridos que tuvieras en la tierra. De inmediato debías quemar el título, porque es señal de individualismo capitalista, y también la foto apenas revelada naciendo de la polaroid, porque un anarquista no tiene rostro. Puta que lo parió.

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