abril 03, 2009

CHINO SALVA A NIÑO DE LA MUERTE

restaurante chino. tele encendida: hora caliente: OPERACIÓN TRIUNFO. me quieren triturar la cabeza. marley explica cómo es posible que uno de los participantes, notoriamente gay, no se lleve bien con otro, también notoriamente gay, con quien se acostó la noche anterior. cena familiar en la mesa frente al televisor. los chinos se confunden las palabras y traen vino en vez de agua y verduras en vez de carne. no digo nada, por ahí yo soy el confundido. o el confuso. foto galería: mamá perfecta, teñida de un rubio pajizo que no le hace gracia y camisa marrón con rayas azules y naranjas que forman cuadraditos a lo grunge aunque las rosas estampadas en el pecho se asemejan a un empapelado vulgar que no la redimirá esta noche, si bien puede decirse que parecen cosidas por ella misma en un taller donde sólo toman peruanos y bolivianos; papá, por su lado, a la izquierda de la señora, de seguro sí es peruano, por el acento y por la ridícula pretensión que supone usar una camiseta de la selección que dice, bien grande en la espalda, ARGENTINA (por si alguno tiene pensado preguntar, diríamos que es un peruano en busca de arroz chaufa para matar la nostalgia que lo viene asediando desde hace kilómetros y kilómetros); el nene todavía conserva el acento de su madre y chilla enfrentado a su papá, le da la espalda al televisor, porque quiere ver dibujos animados y nadie atiende su plegaria boba, mejor, de otro modo se volvería catódico y después andá a sacarlo de la influencia del rayo, en cambio juega con la comida.
(nota parentética: con la comida no se juega, graffitti en avenida de mayo al 200, abrazos gratis, marcha en conmemoración 33 años golpe militar cruel cuidate la sangre fin paréntesis otra vez restaurante chino).
el niño promete ser insoportable desde el primer sorbo de vino que mi cuerpo agradece, ya agitado por la música de la tarde y un poco molido por la cerveza y el sol. otra promesa del mismo tono: un gatito dorado que llama con la palma de su patita hacia abajo en movimientos de sube y baja (tranca balanca hubiésemos dicho de niños, pero cómo pasa el tiempo). sobre todo detesto a ese niño. su edad no debe superar los siete años pero ya le deseo una muerte prematura y un viaje al círculo de los que murieron de muerte violenta.
soy conciente de que mi exageración no tiene límites cuando me levanto con el pie correcto, sin embargo diré a mi favor, por si debo defenderme, que la voz de ese niño no para de taladrar mi cerebro con su frasecita pragmático- semánticamente interpretada como sigue: el niño comprende que la única realidad de sus padres solo puede describirse en estos términos: ella no finalizó el secundario pero le faltan un par de materias: psicología y matemáticas, raro porque ella lleva las cuentas del hogar y paga las deudas de la casa (iba a decir honra las deudas pero es muy pomposo, oriental, de paso, decir pomposo también lo es), también porque cuando habla con las vecinas éstas le repiten hasta el cansancio: vos tenés un don para entender a la gente ( si bien ella nunca es capaz de notar este cansancio en las envejecidas y achotadas lenguas de sus interlocutoras), algo así como ahorrarles terapia y usarlas de informantes; el padre, por su parte (estuve al borde de usar en cambio pero ¿por qué cambiar? ¿cambiar qué?, etc.), no sabe hacer otra cosa que ganarse la vida, no deja de repetir esa frase, a modo de estandarte o de testigo que luego pasará a la boca y la conciencia de su hijo en la posta de la vida, trabajar y hacerse un hombre de bien, tener una vida mejor y conformarse con poco mientras el nene crece y estudia para médico o abogado o colectivero o lo que sea pero zafa de la tradición pobre que cargan a cuestas el abuelo y él. el niño sabe esto por intuición (o porque yo lo pienso así) y se aprovecha, toma ventaja de su posición de privilegiado: los mira y parece decirles: ustedes están comiendo con el futuro, cuidenme porque si lo estropean será muy malo para ustedes mismos. entonces pide atención de una manera espeluznante. su frasecita es MIREN.
a esta altura del chop suey el niño merece un viandazo bien dado. mastica, mal por supuesto, abre bien grande la boca y, sin dejar de mirar a todos los presentes, exhibe lo que tiene a medio triturar. grita que lo MIREN más fuerte, ya es un quejido al borde de la extinción (dios me oiga). amenaza con llorar si no lo hacen. lo hacen. desde luego, ¿cómo no? hubiese sido un bochorno si no lo callaban, cosa que hicieron sabiamente. si lo hacían, como hicieron, la historia perdería su sentido. si no lo hubieran hecho, con lo cual la historia corre serio riesgo de fugarse a la mierda ficcional, yo mismo me hubiese tomado el trabajo de levantarme y, munido de un cuchillo, ya sobado el estómago por el vino, abrirle una segunda boca al nene justo cuando este dijera TENGO OTRO DIENTE MAMÁÁÁÁÁÁ MIRÁ TENGO OTRO DIENTE. el nene se esfuerza, yo podría matarlo con facilidad, cualquiera podría. sonrío con malicia, los ojos rojos, es tarde, pido la cuenta, el chino desconfía de mis haraposas vestiduras, pago y me voy. un niño se salva de morir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

chino fuiste el mejor yo tambien voy pal reggaetoon me yamo yusseff ragga