PORNODRÁSTICO

sucede camino a casa. pienso en vos. no logro despejar mi mente. algo tiene que venir o irse, tengo una necesidad enorme de sentir tu piel y restregarme contra tu cuerpo. de irte buscando. así, con poca suavidad, porque estoy al borde de la desesperación. un pie lleva al otro y entre las piernas se me endurece la pija. al principio quiero llegar rápido pero ya sé que es tarde, que voy a demorar hasta llegar a casa. entonces tengo que escribirte esto, escribirtelo encima, acabar de escribirtelo, se me ocurre un nombre curioso que ponerle: eyaculación verbal. se me ocurre porque a oliverio girondo ya se le ocurrió mucho tiempo antes que a mí.
me toco apenas al principio, mientras camino, como si fuera un roce casual. unos pasos más tarde, ya tengo la mano completamente metida en el bolsillo y la aprieto, la sostengo y le hago unos masajes suaves y desvergonzados mientras vos vas apareciendo por la ventana de tu casa y yo me acerco desde la calle, silbando aunque no me oís, caliente, re caliente. ahora tengo puesto el pantalón marrón que me regalaste y que se sale con una facilidad extraordinaria. pienso en que es el mismo que usaste la primera vez que fuiste a mi casa. que ese día te los arranqué de un tirón y salieron con la bombacha enredada y tuve que tirar un poco más. lo primero en sorprenderme es la marca de la malla por tanto tomar sol. así serías si fueras toda de ese color.me quedo fascinado porque tenés la concha rosada y, esto lo sabré más tarde, dulce, más oscura junto a los muslos y plena de suavidad bajo los labios. ya quiero estar desnudo en la cama. sólo yo y la noche para pensarte. miento, quiero estar debajo de tus piernas y lamerte, bañarme en la humedad que va saliendo cuando meto mis dedos junto con la lengua. quiero trepanar tu concha con mi boca, meterme adentro si es posible y hacer que grités cuando me zambullo en tu clítoris como si llegase después de vagar decenios por el desierto y ahora descubriese por fin algo que no fuese un espejismo. no voy a subir en mucho tiempo porque necesito impregnarme del sabor y del olor que se va intensificando. parece que te derritieras. pero alguna vez me detendré en tu ombligo espiralado, la lluvia debe ser así, de hecho se inunda cuando me empujo adentro tuyo como delirante. también sé que recorreré tu piel sorprendido por la sensación de terciopelo a que se abandona mi lengua. podría hacer una escultura de tu cuerpo solo con mi lengua. tus tetas surgen y me abandono a su color ligeramente inclinado hacia la miel , pero una miel que culmina en fresas o moras en maduración. una capa elástica y brillante va ganando la piel, tu piel, dejando un rastro de baba. ¿cuántas veces voy a decir piel sin poder tocarte? por lo mismo que lo cursi es verdadero, los actos mínimos significan la conjunción irreal y fugaz de dos seres: una mano tocando otra, dos bocas juntándose, un cruce de miradas, una enredadera de piernas, los pendejos duros raspando como dientecitos en la entrada.
ya estoy flotando hacia la noche y la pija no se me va a bajar aún. hay que apretarla un poco y luego darle unas caricias suaves, de arriba hacia abajo, como si la estuvieras puliendo, hasta que se ponga brillosa. yo te adivino la mirada y vos te la tragás entera y me vienen unas ganas de acabar ahí nomás, de llenarte la boca mientras miro cómo te la tomás toda y me mirás, o quiero acabar adentro tuyo y seguir empujando después de hacerlo, seguir hasta que me arda o me duela o se deshinche o me desmaye y apretarme contra vos para fundirnos y nadar.
ahora es imposible distraerme y debo revolcarme esta noche imaginando que esa oscuridad espesa sos vos cuando mis ojos están cerrados. se me ocurre que para eso uno parpadea, para acumular momentos y luego pasarlos en la mente como si fueran fotos: tu concha abierta, mi lengua en tu concha, tus tetas apretadas entre mis dedos mientras los dientes muerden los pezones probando sus límites, tus piernas abiertas, tus dedos perdidos entre mi pelo, tus ojos, tus ojos cuando gritás, tus ojos cuando acabo, tus ojos cuando te da electricidad, tus ojos cuando estoy entrando, tu boca abierta, tu ombligo, los dedos de tus pies tensados en el aire, tu espalda llena de lunares, tus pelos desatrosos de tanto tironearlos, tu boca dejando escapar tu lengua, tu lengua mojando para conocer.