abril 05, 2009

ENREDADERA 2

acosado por una lucidez abyecta no tengo nada que decirle a nadie porque cada uno debe decírselo a sí mismo. se trata de un delirio por elevación: orgasmos, drogas, epifanías. la nocturnidad acontece pródiga en favores. aquello que hacemos cuando estamos solos y porque estamos solos también se llama vida. quien interpreta dice algo nuevo. quien pretende convencer mueve a risa. preso del deseo hablo en simultaneidad e igualdad con el resto de los humanos. no me interesa ser oído, me interesa ser boca, una gran boca devorando otras bocas y regurgitando sonidos indescifrables en todos los idiomas del cuerpo. hallé la oscuridad y en la oscuridad había otros. supe que era libre cuando comprendí que pensar es apartarse de los demás y de uno mismo al ritmo que nos va sugiriendo la fugacidad. desaparecer para dar paso a la renovación. simultáneo e igual, soy los cuerpos que habité, que me han tocado, soy lo más secreto que existe, cada uno lo es porque lo está pensando y el pensamiento es impenetrable. lo que uno tiene para decirse tensa nuestra búsqueda. mientras buscamos, en algún momento nos vamos a cruzar y al encontrarnos con-fundiremos nuestras búsquedas, las habremos com- partido y luego el viaje seguirá porque la quietud atrae la muerte, pone fin al deseo. la enredadera significa irse, partir con, no importa hacia dónde porque en el insólito rumiar de estas calles siempre nos vamos a cruzar, nos vamos a hacer compañía, vamos a saber que la separación representa la certeza de que andás por ahí y eventualmente nos volveremos a encontrar. algo, un detalle, un átomo, una historia, algo nos conecta con todos al mismo tiempo creando un cuerpo inconmensurable y poderosamente humano. para que el mensaje sea claro podríamos imaginar que todas las voces se superponen. no digo caos, digo libertad. hablo de paralogismos, de interpretaciones aberrantes, de perversiones sexuales, de locura, de viajes alucinatorios, de errancias lúmpenes, de minorizaciones salvajes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Blanchot sobre Sade: los más grandes excesos del hombre exigen el secreto, la oscuridad del abismo, la soledad inviolable de una celda. Porque, cosa extraña, son los guardianes dela moralidad los que,condenándolo al secreto, se hicieron con él los cómplices de la inmoralidad más fuerte. (...)
la igualdad de los seres, es el derecho de disponer igualmente de todos los seres; la libertad, es el poder de someter a todos a sus deseos.